Monday, June 11, 2012




Nunca he ido más allá de mi jardín.
Pintaba palabras y toda la ciudad estaba cubierta de lodo.
En algún momento pensé tatuar la espalda: all we need is love o love its all you need.
Mandé hacer tarjetas de presentación para sobrevivir a los sentimientos.
Luego coincidimos en la bañera.
En el eco de los pasos al subir la escalera de piedra.
Nos miramos al correr de las notas musicales en el apartamento.
Lleve pan y la mesa estaba puesta.
Pasamos del tecnicolor al blanco y negro espiritual.
Agua mineral en copas altas. Descorrer los números nones de los azulejos en la penumbra, al cerrar los ojos.
Levanté un deseo como quien hace una plegaria.
Me gusta el tono de tu voz aun cuando callas.
En el recuerdo al presente en mis manos, tus pechos se han empequeñecido.
Vayamos al jardín de nuevo. Escondidos entre los árboles.
Cuadriculemos los rostros de los que nos miran con tanta envidia.
Busquemos los documentos acreditando la residencia y la ciudadanía de nuestras edades.
Cántame al corazón antes del oído. Entra en mi laberinto.
Vayamos de vuelta con el tic tac del reloj en las manos.
Dejemos la mañana encontrarnos con el trigo.
Este bosque de jardines altos y robustos, enmedio de la ciudad plomo y sangre: gasolina templando la temperatura mientras nos reciclamos.





Muy buena está la chava, de la tornamesa, échamela para el tsuru.

Convéncela. Soy su mejor alternativa. Mírala así, en bikini, tetas tan sabrosas, frescas como limonada, culo promontorio inacabado subiendo y bajando del nirvana, pinchando los discos en el reven.

A todo flow el ambiente. En éxtasis, visual y auditivo.

La fiesta sigue.

Vamos de rol a la presa. Subir al catamarán con todos los nuevos amigos. Beber clamatos y micheladas. Seguir en el cotorreo. No solo el fin de semana. Toda la vida, de carnaval.

Somos un bandón.

Nos iremos sordeando despacito. Como no quiera la cosa. Ven vamos. No hagas muchas preguntas. Solo sígueme.

La invitaré a cotorrearse a la casa de campo. En la medianía de la sierra de Santiago. Cocinaremos pan de caja hervido en mantequilla de mariguana. Expandir varios grados la conciencia colectiva.

Lo comeremos con nutella o mantequilla de maní, como lo prefiera, en la boca del jacuzzi. Nos desdoblaremos hasta la estratosfera. Iremos a tocar las ventanas de los alebrijes.

Posibilitaremos metamorfosearnos. De gusanos a mariposas. Alzaremos el vuelo.

Todas las palabras y opiniones serán validas de nuevo. Como hermanos zanjado las diferencias nacionalistas. Ya hemos limpiado el horizonte.

Vayamos a acicalar los cuerpos en unión. Remojemos las caricias.

Por eso te digo, que esa morra merece un brinco con el hijo de papá.

Échamela para el Tsuru. La fiesta no termina nunca.

Saturday, June 09, 2012

Furia de Titanes




De los arrepentidos
es el reino
de los males:

mal comido
mal vestido
mal pagado

pero el peor mal
tiene que ver con el sexo
& muy poco con el amor.

CUBITA LA BELLA




En la Bahía de La Habana Vieja
las miradas de las gaviotas se ocultan
en el último tren de la brisa.

Las capas de arena visten sin pudor
a los amantes
que al oído se susurran
banderas de piedra.

En la Bahía de La Habana Vieja.



Me encanta su manera de caminar bien contoneado y apretadito. Con esos pantalones de mezclilla resaltando las formas.
Es todo espectáculo de pirotecnia emocional.
El vaivén de los pensamientos, como pájaros, volando a su nido.
Su cadencia de paso a lo largo del corredor, en la universidad, es como un gran concierto de rock.
Entre clase y clase, buscando el aula para la siguiente materia.
Gracias totales, parece decir, al detener la marcha.
La veo alejarse o pasar de lado. Apenas levantar la mirada.
Ven me pide.
Se talla las dedos. ¿huele? dice.
No necesito adivinar. Tiene los ojos rojos. La invito a desayunar.
Debes tener bastante hambre.
Un poco contesta. Estoy libre hasta la tarde.
Vamos a mi apartamento. Te cocinaré.
Subimos a mi auto.
No puedo evitar seguir el rastro de su sombra, ahora al lado, a lo largo del estacionamiento.
Quince minutos más tarde llegamos a mi fortaleza.
Se abre el portón automático.
Se cierra y yo destrabo la puerta.
Voy por ahí levantando el tiradero. Una de las desventajas de la independencia económica familiar.
Me pide el sanitario. La guio hasta la puerta.
Del refrigerador extraigo el cubo con pasta.
Se ha dado una ducha rápida.
Llega hasta la cocina en ropa interior, con su blusa y pantalón doblado.
Los coloca sobre la mesa. Se sienta. Escucho su piel rozar con el plástico del asiento.
¿vas a querer desayunar o nos vamos directos al postre? le digo
Sonríe.
Me toma de la mano. No requiero palabras para convencerla.
Camina como siempre.  Como si en la vagina habita el pene ecléctico y juguetón, pronto a ser devorado.
Con su paso ajustado y reducido, ella evita dejarlo salir.

Friday, June 08, 2012








Eso comprado en el barrio del pozo es harina en polvo, bicarbonato para lavarte los dientes.  Jabón todo cortado. Mezclado con veneno para ratas. Quizá en algún momento tuvo algo de soda. Solo en el recuerdo.

Desde meses atrás ofrecen ilusión para los desesperados. Pobrecitos junkies.

Por más esnifadas no vas a subir a punto alguno en la atmosfera. Jamás podrás alivianarte del cotorreo. Perderás la conciencia. Serás el rebane.

Sentirás la nariz reseca, sanguinolienta. Te congestionas en el sistema respiratorio. Florecerá toda una gran ilusión fallida.

Pero es lo disponible. No hay más.

La vida nocturna se ha puesto en llamada de espera. Sitio seguro para transitar, solo en sueños.

Y en el patio de las viviendas. Sin hacer mucho ruido.

Para no llamar la atención de las brigadas de maleantes transitando en los taxis. Asaltando incautos. Yendo a combatir a la contra. A darles piso a los chapulines y a los competidores.

Esto es Monterrey el día de hoy: Una guarida de maleantes y ladrones. Antes exclusivo a los de cuello blanco y sus socios políticos.

Las familias pudientes se han marchado. Texas es opción, el valle y hacia el norte, rumbo a Houston y Dallas.

Ahora la inmigración ha alejado la geografía. El sitio de moda  la Florida.

Miami es la nueva isla del padre. Con todas sus denominaciones de origen.

Poder saludar a los amigos de la colonia en los restaurantes de moda. Planear el fin de semana. La carne asada y los ligues apantallantes. Ver desde el apartahotel exclusivo con entrada restringida los partidos de soccer de los equipos de casa. Con las playeras oficiales puestas. Cuanta nostalgia, cuanta desazón. Desde la trinchera los toros se ven mejor.

Pasear por la bahía en los yates. Ponerse a tomar el sol. Broncearse. Beber champagne. Planear el próximo fin de semana. El sex y el after sex. La ropa olvidada no importa. Vamos a comprar más al mall.

Trabajar en los canales latinos. Hacer negocio con los cubanos.

Perfeccionar el uso del idioma ingles.

Monterrey se ha quedado atrás, en el submundo de la mentira.

Abajo, en la frontera de las balas, el levantón y la extorción, nada nuevo para quienes se dan de topes, los bragados furibundos, la generación de la carne de cañón. Los reclutados por la compañía.

Monterrey, el perdido avatar frustrante, luce el traje horrendo de la desesperación.

Thursday, June 07, 2012




 Hola alcohol, te hablo como lo hace un enamorado. Soy el más fiel de tus seguidores. El discípulo amado en la última cena.
Por ti todas mis tardes son diferentes y divertidas. Desde que destapo la primera botella y le doy el trago se sueltan las amarras del día.
Soy libre de cualquier sesgo en la sensibilidad.
Eres el elemento ejemplar para sobrevivir al tedio. Al bajo limite de tolerancia al empleo de sueldo constante y magro.
Cuando estoy expuesto a las contrariedades del cristal de los años. E irme a buscar nuevas oportunidades.
Soy el más valiente de los resignados.
Aprestando las armas institucionales para derruir la locura. Solo tú alcohol amortiguas el ahogo de las deudas crecientes.
Viviendo en algo que me alquilaron como departamento y no es más un cuarto pelón con letrina dentro. En medio de un presunto barrio residencial. Rodeado de jubilados facinerosos.
Sin mujer ni cariños.
La última se marchó después del escandalo a media noche. No recuerdo el motivo de la discusión.
Debió a ser el reproche a la poca solidaridad para seguirme pagando las cervezas. O la poca efectividad sexual con ella a la hora de la cama.
Cualquiera de los detalles no es suficiente como para abandonarme.  Soy un ejemplo de lucidez, salvo al embotarse el cerebro después de ocho o más litros de cerveza.
Es probable le haya resultado enfadoso sortear mi reciente gusto por el sexo anal, siempre ebrio.
Tal vez.
Pero tú, alcohol, mi mejor amigo, puedes quedar a dormir en el sillón, no en la alacena.
Procura no hacer ruido. La cabeza esta a punto de estallarme. Aun falta un par de horas para concluir la madrugada.

Wednesday, June 06, 2012

los siriguayos







Una línea, dos líneas, tres líneas de soda, se balancean, en la bolsita, sobre la mesa de madera, se estiran, suben, se la fletan, como aguantan un carretón, fuimos a llamar otro ciencito.

Vamos a rasparle a la piedrita mi rey. Que nadie se va a dar cuenta. Chitón. Es de la buena. Nada de cortada ni con mugrero.

Póngame bien alto la música de Los Chicos del Barrio, para seguirla bailando y cantando. Pura sabrosura puro vacilón es lo que quiero yo.

Que se escuche en toda la cuadra. Aquí no hay peines. Todos están alineados con la compañía. Es eso o ir a buscar terreno en el panteón.

Nadie anda braveado. Ni peinado con los militares. Entre nosotros nos protegemos. Como debe ser. El barrio para el barrio. El barrio se respeta. Te permite trabajar.

Ahora un buen trago a la caguama, que se sienta en la boca en el estomago como patada de mula. No traigo nada en la panza. No he comido nada en dos días.

Aun esta tibia la cheve. No sabe gacha. Pero tampoco está en su punto.

Quienes vivimos en esta geografía, sabemos que hemos logramos domar al desierto: conocemos el valor y significado de una cerveza bien muerta. Helada para que me entiendas.

Somos los valientes que rifamos. A la hora de enfrentarnos con la contra y con los guachos, para darles piso, les cobramos hasta con intereses las bajas de los compas.

Andamos loqueando desde hace rato. Con este calor y cuidando la tiendita. El pinche abanico no echa nada de aire.

Tiramos barra. Esperando a que lleguen los clientes.

Que nomás tocan base en el taxi, se surten y se pasan a retirar.

En el fondo del tejaban, las lenguas de fuego entran inmisericordes. A cada rato se oyen las sirenas de las patrullas: Somos los siriguayos, esta es nuestra casa, y aquí se nos venera.





Tus nalgas:

guillotina donde

siempre pierdo

la cabeza.

Tuesday, June 05, 2012








Una de las ventajas de beber todos los días es que le encuentras, con el favor del puesto, el sabor a lo amargo. Los tres pies al gato. La línea negra en el párrafo con la errata inexpulgada. El motivo del porque el asesino regresa siempre al lugar del crimen.

Por ejemplo la cerveza.

Puede tener un sabor fuerte y desagradable a la lengua y al paladar. Que al primer trago sacude armoniosamente.

De niño, en el terreno donde nos reuníamos en familia, a pasar el fin de semana, el hermano mayor de mi madre llego con un six coors de contrabando. Contrabando es contra México. La renovación moral va ganando terreno. La corrupción somos todos. Quien no tranza no avanza. Amistad que no se demuestra en la nomina es pura demagogia. Político pobre es un pobre político.

Como la novedad es la mayor de las ganancias, pensando en que era refresco lo que el tio puso sobre la mesa a la hora de la comida, ante la insistencia torpedera, me permitieron beber.

A los ocho años la probé por primera vez.

Me supo terrible. Más, tomando en cuenta las 3 horas de camino, de la frontera gringa rumbo tierra adentro mexicano. Cerveza zarandeada y caliente.

Como pude, la tragué. Con más asco que gusto: ¿Quieres más?

Creo que no respondí.

Luego mi tío saco de la cajuela del auto, el blíster con un cohete de plástico que ahora recuerdo tendría forma de vibrador, que con la fuerza del agua despegaba como transbordador espacial.

Hacía un ruido atronador al momento de que la presión ahogaba con presión. Luego correr entre las espigas y los girasoles, cuidándome de la ortiguilla, que produce comezón.

Me regaló el juguete, quizá por mi valor al enfrentarme a la bebida. Tal vez.

Beber es un acto de valentía en la niñez, o en la edad adulta.

Sin duda.

Es encontrarle el punto de ebullición al fuego.

Monday, June 04, 2012





Carnal, el destino te ofrece la oportunidad de que te despojes de la angustia que traes cargando en el alma como machetero del mercado de abastos de San Nicolás a eso de las tres de la tarde, cuando ya comienza a escasear el jale.

Vengase bañado a disfrutar. Yo paso por usted hasta su cantón o a donde me indique. No le pegue a la mamada. Ni se haga de la boca chiquita.

Ándale pinche cholo, vamos a agarrar el pedo, no importa que sea lunes en el calendario. Y que mañana tengamos que ir a trabajar. Si podemos con la cruda. Si se puede si se puede.

Estas son las cosas que valen la pena en la vida. Vamos a los siete templos de la calzada madero. Convirtámonos en los reyes soberanos, de la tarde y la noche. A padrotear que es gerundio.

Entremos en batalla, choquemos las botellas de cerveza helada. Que la espuma se derrame en la mesa y moje el piso.

Pidamos las promociones y las cortesías. La hora feliz y las tres piezas de las bailarinas en los privados por el precio de una.

Exprimamos la tarjeta de debito y el dinero en efectivo.

Que el mundo se va a acabar en cualquier momento, lo dicen los que citan a los mayas. Que nos encuentre bien pedos y con los calzones abajo.

Bien mamados. Retecontentos, retefelices.

Devoremos las bolsas de soda cuando ya vayamos de bajada en la parranda.

Ándale pinche cholo, pídele al patrón que te aliviane. El sábado le pagas hasta con intereses. Nomás que no se vaya al baño como la otra vez.

Tú si sabes como hacerle la llorona. Y que te crean. Yo ya estoy bien quemado con todos los locatarios.

Ya no me creen ni un ápice de mis mentiras.

Vamos a hacer magia mítica, hacer amigos a los desconocidos. Convertir el borlote en vértigo. El público que nos espera para nuestro show.

Salgamos del anonimato. Volvamos a tiempo a morder el polvo pinche cholo.

En estos días de sol y de sombra.





Lo mio es ver teve acostado en la pantalla de plasma de 42 pulgadas, home theatre incluido, los recitales de Tom Waits, Traspointing o los partidos de soccer de todas las ligas existentes, con el sistema de enfriamiento y calefacción a 16 grados centígrados, comer en la recamara y tomar siesta a la menor provocación.

Soy lo que se dice, un intelectual orgánico.

Para el sistema nacional de creadores del arte de donde recibió el subsidio me llaman maestro. Y así será por tres años que pueden ser refrendados dejando pasar un año.

Aunque no haya concluido mis estudios universitarios.

Ha sido maravillosa la vida. Ignorando el consejo de mis familiares. Que va a ser importante terminar una profesión, si lo mio consiste en saber llenar los formularios de las becas. Fumar mota todo el día incluyendo los feriados, para abrir apetito, para relajarme o para evocar la inspiración.

Despierto siempre pasadas las once a eme.

Eso me hace conservar el cabello y sin arrugas en el rostro, ahora que estoy por llegar a los cincuenta años de edad. Las canas las cubro con lociones.

Salgo solo de casa para ir a trabajar las horas necesarias, que es ir a enviar los proyectos culturales a los que he ingresado. No un minuto de más. Aunque pueden ser de menos.

Estoy feliz le dije a mi chica, de que jamás he tenido que levantarme temprano. Ni para checar una tarjeta de entrada como operario montacargas o quinta rueda o llenado el currículo en las áreas de recursos humanos.

Soy un tipo con suerte. Lo sé. Un artista visual sin conflictos ante el plumón rojo y de la palabra pegadora. Con la sexualidad y el erotismo a flor de metáfora.

Mi próximo proyecto, que ha resultado ganador en la pasada convocatoria es poder encontrar la cuadratura al círculo en los pensamientos reductivos.

Explicar lo inexpugnable en la materia y en el universo.

Thursday, May 31, 2012




Me sedujo su inteligencia al comenzar a desarrollar el monologo, frente a la luz cegadora de las lámparas.
Fue algo así como: el esquema mental que manejo sufre de anemia.
Mujer y bella, un binomio bastante poco frecuente, raro, por lo menos, en el circulo social que frecuento.
En esta época el fetiche in es producir  capítulos piloto de reality para televisión. Mujer entrando a los treinta busca.
Un programa donde la protagonista es a la par la antiheroína. Con barritos en la cara, poco de barriga. Eso si, con excepcional gusto por la ropa de diseñador y los sitios cool en cuestión.
Yo estaba detrás de las cámaras.
En la sección de iluminación. Con los técnicos. Mas enredado que los cables. Interminable. Acariciándome debajo del pantalón. Mirándola. En la penumbra. Calcada la imagen en el monitor.
En el set generamos la recamara, con todos los productos que usa cotidianamente. Ella se unta crema refrescante después de la ducha, bajo el minisplit. Se desenreda el cabello. Luego se lo plancha. Lista para salir. Solo que en el programa hoy es dia frí. Sin compromisos.
Recibirá a la manicurista y le aplicaran uñas de acrílico con figuras de colores.
La pedicurista le tallará el espolón.
Un par de masajistas vietnamitas le darán terapia en el cuerpo, le aplicaran vendas reductivas y pócimas efervescentes.
Todos los símbolos femeninos en si, son frágiles. Lo dicen las etiquetas en los frascos. A los que aplicamos el extreme zoom.
¿alguien me puede traer una Mirinda? pidió en el inter, cuando dejamos de grabar para pasar al otro set.
Se cubrió con la bata. Su aroma se cuela en mi nariz.
Se habían asomado accidentalmente los pechos, rosados y erectos. Tallados a conciencia en el gimnasio.
Yo creo que lo hace a propósito. Para despertar la atención de todos.
Soy bastante necio, como el niño que busca la mamila después de las siete de la tarde. Ella me gusta. Es el cielo despejado al lado del mar.
Hola me dijo. Si tú, el que esta desde hace rato viéndome como si me quisiera encuerar.
De entre la penumbra salí. Aun faroleado. Con la mano metida en los bolsillos.
Le acomodaban el cabello, para que apareciera como si fuera natural.
Tráeme el refresco por fis, solicitó.
Hay demasiada coincidencia para que todos los elementos estén en este sitio.
El corazón brinca dando tumbos por todo el esqueleto.
Creo que me he enamorado. Bobamente. De la criatura más exultante de la ciudad.
Iré a comprar pronto osos de peluche. Le enviaré cartas de amor con poemas perfumados.
Bolsas de chocolate con almendras y avellanas al centro.
La invitaré al cine el día de dos por uno.
La vida es solo una y no me enojo. A cada momento cada quien hace lo mejor que sea para su alma y corazón.
Por eso no me enojo con ella. Permanece en su nicho de santa. Incolume.
Aunque todos sabemos se esta acostando con el director del proyecto y con el productor asociado.
Como antes lo hizo con el jefe de fotografía y con el switcher de sonido.

Wednesday, May 30, 2012

La felicidad es un tarro con cerveza helada mezclado con michemix.





Bebo cuando estoy solo. Acompañado lo hago mejor. Así no tengo distractores. Que a fin de todo, me vale.

Soy centro de atención. La cura de todos los males. La píldora del loquero para provocarse el sueño. Pero también el psiquiatra denso.

La licorera del quince años que los asistentes buscan llevar a casa, a la hora de la despedida, para seguir con la ingesta.

Es seguro. Si. Que me habrán corrido de muchos sitios.

Dormido bajo cajas de camiones abandonados. Del brazo cansado de la fichera más gorda y pachorra del rumbo de la central camionera.

De espacios públicos en diferentes ciudades de la hermosa república mexicana: órale cabrón a dormir a su casa.

Con mujeres sin nombre que la boca les sabe a cantina, salobre y con cascaritas de cacahuate.

En sitios a menos cero: el frio colándose, bajo el abrigo húmedo, hielo endurecido, muriendo como le pasa a millones de vagabundos en el mundo.

En el transporte público con la cerveza en mano, celebrando la carrera fáctica del chofer en las avenidas principales. En el metro al final de la línea, en el carro no, la vez que lo hice, me dolió el cuello y la cabeza: vomitar los tapetes no es de buen gusto, tener que lavarlos con cruda es el madero más pesado de la cruz.

Desmemoriada conciencia y que aun no logro voltear los ojos para verme hacia dentro. El guateque donde doy vueltas y luego me mareo.

Tengo la sospecha, que es como la marca de esperma en el único pantalón limpio, que me calzo a la hora de ir a pedir empleo. Sabiendo que no me lo darán porque le produciré miedo a la recepcionista que me dirá que la vacante ya fue ocupada.

Lo intuyo. Entro al bar de siempre y no me dirigen la palabra. Solo el encargado me recibe con gusto. Ya sabe que gastaré lo ganado en el día.
Me dice: que bárbaro, que buen chou hiciste ayer, hasta que te quedaste dormido en la mesa. Luego te miaste. Tuvimos que cargarte a la entrada y llamarle a un taxi.

Luego pasan de largo. Te evaden. Eres la incómoda cucaracha en un plato de comida caliente.

Las mujeres que me han invitado a sus apartamentos a beber desconocían el poder del alcohol. Lo que hace doblemente peligroso, cuando entra juguetón y altanero en el torrente de la sangre.

Como pierdo los estribos. Me ven extraviar la mirada, los prejuicios. Las beso. Les aprieto la cintura. Les sobo las chiches.

Me les repego. Les hago sudar. Calentarse. Luego les descorro el pantalón o la falda. Les hago calzón chino por el simple hecho de verles decender al abismo. Las estrangulo.

Permíteme tantito, deja me quito la ropa, me dicen.

Algunas salen huyendo. Otras se quedan para saber si es cierto que les haré todo lo que he dicho, lo que les prometí. Me quedo corto, como siempre. Siete minutos y eyaculo. Quizá en menos tiempo. Ya no busco las sesiones de maratón. Solo satisfacción: sa-tis-fac-ción.

Todas quieren conmigo. Todas son materia dispuesta. Tomen su turno les digo, que para todas hay. Nomas no se metan en la cola. Hagan fila. Estén quietecitas y ordenadas.

Eso es alegría. El oasis donde abrevo.

La felicidad es el tarro con cerveza helada mezclado con michemix.

Tuesday, May 29, 2012





Por el simple hecho de resultar interesante a las chicas del Privatt, decidí volverme judío.

Y resultó verosímil. Para el tamaño de mis ambiciones y para la ceguera de sus pretensiones. En ambos sentidos de la flecha, ellos me necesitaban como yo requería de sus contactos y compañía.

Con una turbulenta historia de dispersión. Llegado a América huyendo de la Europa Alemana.

Mano adelante y la otra atrás, mis ancestros pasaron con toda clase de penurias. Desde el lenguaje, lo árido y agreste del escenario norestense.

Sobreviviendo como el creador les dio a entender.  Improvisando sobre la marcha en la fabricación de dulces y alimentos.

Pero era mejor morir en libertad que vivir en un gueto rumbo al campo de concentración.
Ocultos en un poblado perdido en la parte central del estado.

Así la línea del tiempo y las relaciones quedó cubierta. Imposible de rastrear visado de entrada o de cuestionar la realidad de la historia.

De esa manera pude flanquear las puertas de los cuerpos femeninos, de las nuevas amigas del campestre y del casino.

Acceder a las caricias, sus casas y el deportivo en el garaje.

Viajar en sus jets privados. Organizar la agenda y vestuario de acuerdo con el ánimo. La moda la imponemos nosotros.

Conseguí novia, amigos y hasta cómplices para negocios en donde hice capital, que entonces carecía.

Eso es lo único positivo de lo blanco, rubio, de frente amplia, cabello delgado tirando a escaso,  ojos cafés y nariz tanto pronunciada puedo tener: caigo dentro del fenotipo disímil al nacional.

Para cada momento de duda de los padres de mis amigos, que me ven llegar con ellos, lo que cualquier mortal siente helado,  en dificultad,  existe la champagne, coca y tachas.

Eso y mucha labia.

Tirar verbo, como si de ello, de hecho, depende la vida.
La estabilidad de las relaciones públicas y el compañerismo, de quienes llevamos las riendas de nuestra sociedad, tan estrecha y con tan fuertes vínculos afectivos.

Eso abre la puerta y la llave de la prosperidad.

Monday, May 28, 2012




Para Sonia Mtz.



El sexo es más que actitud en la vida: lo es todo.

Más que una cerveza, una tacha, un gallo o un pase de coca. O irse de compras con la tarjeta de crédito antes del viernes negro o de navidad.

Es el asta en donde se sostiene la existencia. La sal de los cuerpos es el átomo en la materia que da vueltas.

Sin medias tintas. Te consume. Te vuelve adicto.

Para cuando lo comprendes o crees que lo puedes manejar, ya es tarde.

Formas parte de las funestas estadísticas de empoderados y practicantes.
En los rostros puedes conocer quien lo ejerce con desdén, maquinal, como cuando se va de visitar al dentista para limpieza, o el día de las elecciones que ningún candidato te convence para sufragar.

Casi predecir sus horarios. Las perfectas perversiones.

Vaya problema. Me ha quitado el sueño desde el sábado por la tarde. Y ahora es martes por la mañana.

Incumplí la primera cita. Me respetan la segunda.
El subempleo es un laberinto sin orificio de salida. Y ahora me ofrecen un empleo soñado, peligroso.

La oportunidad laboral es de tiempo completo. Seré erre pe del grupo mas fino de entretenimiento nocturno en la ciudad.

Que contrata lo más selecto de la producción nacional y de exportación.
Los anuncios espectaculares en las avenidas siempre demuestran calidad. Tetas como cerezas. Nalgas como duraznos.

El cuerpo femenino es una fruta de temporada.

De ello carezco de duda.

Estoy preocupado. Necesito empleo. Cumplo el perfil que los contratantes requieren.

Tengo un nido de mariposas en la boca del estomago.

Abro la llave de la ducha para darme un baño y despejarme.

Después del salir de la regadera iré al depósito por un seis de cerveza ligera. Solo para agarrar valor y confianza.

Así podré decidir con la cabeza fría.

Sunday, May 27, 2012




¿Porque tengo que pasar tanto tiempo orinado?  Enfadado y relegado.
Postrado, con tan poca ventilación debajo de esta tela mosquitera.  Quiero que me levanten.  Que me retiren el sudor del cuello con las toallitas húmedas. Este aroma a leche rancia.
Siento que me ahogo. La formula en el biberón se corrompe rápidamente. Me provoca cólicos, sabe mal. Me mareo. Voy a devolver todo el alimento. Pero el hombre es mayor y a todas horas. Solo quienes cruzamos el mar de la infancia conocemos el peso del llanto.
Despierto duermo. Me meo me cago regurigito el alimento. Me tienen desamparado. Me sacan de la recamara. Me llevan en taxi a la guardería. Cuanto solo en la calle. Me sacuden las ideas.
Dan las instrucciones a la encargada: me ingresan un cunero. La penumbra. Los llantos de mis compañeros que aun no logramos afocar. Que nos conocemos por el tono de nuestras demandas.
Creo que ya hasta la caca se esta saliendo del pañal. Quiero que me bañen. No quiero seguir incomodo.
Luego me escuece el ano. Me salen erupciones en la piel, que cuando cago, sangran. Me barnizan con crema para rozaduras. Pobrecito dicen.
Diantres de padres que me han tocado al cuidado de mi vida. Tan frágil. Me tratan como adulto.  Sin derecho de replica. Con vocación de silenciado.
Son descorteces y bastante feos. Mucho más mi madre, que he escuchado por el corredor de la vecindad cuando los vecinos dicen: ahí va la bruja con su retoño.
Demasiada incomodidad en esta cama tan pequeña, Vaya pero que se puede pedir si son de miras tan cortas.
Luego enloquecen cuando lloro
Ojala pronto me atiendan como debe ser. Pero lo que más me provoca celos son ese enorme gato gris que todas las tardes, cuando mamá se mete a la ducha, y me deja en el centro de la cama, el animal se postra a un lado mio, me lame las manos, me lame los pies, luego, me lame la cara, me pone su hocico en mi boca.
Siento como me falta el aire.
El vapor del agua caliente de la regadera, mientras mamá se masturba pensando en papá, sigue corriendo libre rumbo al desagüe.



He tenido que abandonar el prejuicio mental de involucrarme con una persona casada.
El amor llegó a tocar la puerta de mi corazón. De manera escandalosa. Sin levantar sospecha en los vecinos de la vecindad.
Pero así llegan los invitados que deseas se conviertan en la gente de casa. Los maravillosos espontáneos.
Soy discreta. No de la moralidad, eso no encadena afectos.
Jamás de las conquistas. Una más, otra que se va.
Los casados y los solteros, no tengo distingo,  que llegan de visita al club, a divertirse, me encargo de hacerles gastar bastante de su crédito en las tarjetas y en efectivo en asuntos costosos: bebidas, flores y osos de peluche.
Con la ingenua ilusión de que seré accesible a su capricho. De llevarme a la hora de salida al hotel o al apartamento. Pobres ilusos.
Siempre desaparezco. Como fantasma entre la pasarela, los  besos y el decirles en toda frase corazón mi amor mi rey. Así me ganó su voluntad con poquita labia.
Soy la fantasía de lo que no tendrán en su hogar.
Una conversación sin reproches. Pechos altos como torres en las que podrán guardar secretos. La lista de los desajustes hormonales de sus parejas no vendrán a encontrarse con ellos.
Conmigo todo es alegría. No hay mayor compromiso que el ahora.
En el momento que conocí al vecino, que llegó de la mano de su esposa, la mujer que todos le llamamos la bruja por lo prieta de su piel y que siempre anda vestida de negro, algo dentro de mi saltó de alegría.
Dije, a ese hombre me lo voy a desayunar. No importa el tiempo que tenga que esperar o el sacrificio que deba hacer.
Le tomé, a escondidas, muchas fotografías con el celular.
Cada vez que veía las imágenes, mientras me tocaba pensando en él, observaba algo triste en su mirada.
Luego todos supimos del embarazo, de la llegada de su primer hijo. Y de la depresión post parto de la bruja.
Le cerró por completo el templo de su cuerpo. Luego me confesó cuando nos conocimos, sacando la basura una mañana después de  marcharse a su trabajo en la oficina, que ella misma sabia que estaba deprimida. Post parto. No quería sus caricias ni sus besos. Ni su aroma, dice que le revolvía el estomago.
Me dijo que era artista, que lo suyo era fabricar artesanías con sus manos y llevarlas a vender a los mercados rodantes.
Total, fui con un cartomanciano a que hiciera el trabajo de amarre. No podía pasar más tiempo sin estar en sus brazos.
Y funciono.
La bruja siempre le gustó salvar animales en peligro. Solo en la época del embarazo se había detenido. Pero deprimida y sin consuelo, con marido e hijo, revitalizó la tarea de resolverle la vida a los indefensos gatos.
No puedo negarlo. Algunos si eran hermosos. Finos. De angora. Se veía que probablemente los habría robado de alguna casa de dinero.
Algunas mujeres después de dar a luz cometen muchas locuras. Yo creo que la bruja desarrollo todas las imprecisiones mas absurdas de la vida.
En la junta de vecinos decidimos enviar una carta a los dueños del predio en que su ubica la vecindad para invitarles a exhortar que no se aceptaran animales ni niños pequeños entre los inquilinos.
Hay que subir un poco el nivel de vida y la plusvalía mencionó un jubilado universitario, que es quien más tiempo lleva rentando y que siempre me ha lanzado indirectas de cuando nos vamos a tomar un café o de ir al cine.
Que va. No me gusta. Si por lo menos tuviera mucho dinero. Pero no. Anda arrastrando su pensión.
Y yo soy bastante cara, porque creo que lo valgo.
Le dije a Rubén, cuando comenzamos a tutearnos, que quería ser su amante, él me dijo que le parecía perfecto.
Que nos dejáramos llevar por los dictados del cuerpo, de las ganas que los besos provocaban, pero que siempre recordara que no podemos clavarnos.
Que el primero en clavarse perdería.
A mi jamás me ha gustado perder, ni en el bingo o en el turista.
Entonces el gato de la bruja comenzó a rondar por las ventanas. Imagine un plan perfecto, de eso siempre he estado segura cuando tomo una decisión.
Lo envenenaría primero al gato. Luego a la esposa de Rubén. Me casaría con él, al año de enviudar, para que nadie sospechara.
Trabajaria unos tres años más en el nigth club. Dejaría el crack. Me limpiaría el organismo para en el momento que decidiéramos, tener todos los hijos que la diosa naturaleza nos permitiera engendrar.
Sin olvidar el que Rubén y La Bruja generaron.
Luego con el dinero guardado, nos iríamos a vivir a Tampico.
Compraríamos una palapa cercana al mar. Venderíamos fruta fresca de estación a los turistas.
Yo les haría trencitas y les diría que hermosas son. Rechula su hija, usted es una mujer muy afortunada, tiene mucho porte. Su marido es una persona interesante. Deben ser una familia dichosa. ¿Cuántos días pasaran al lado del  mar?
Viviríamos tranquilamente, juntos.
Pero el primer paso para la felicidad es matar el gato que todas horas perturba la paz en la vecindad.